RCP pediátrica: ¿qué debe tenerse en cuenta?

La parada cardiorrespiratoria en pacientes pediátricos tiene características específicas, que requieren una atención diferente de la que se proporciona a los adultos. Los aspectos anatómicos, fisiológicos y patológicos de los niños varían con la edad, y deben tenerse en cuenta a la hora de prestarles asistencia.
El Técnico en Emergencias Sanitarias de ambulancias DOMINGO Salvador Sánchez, especializado en la atención a pacientes pediátricos, participó a principios de año en un artículo publicado en la revista Zona TES en el que se exponían las últimas actualizaciones en resucitación cardiopulmonar (RCP) pediátrica. Los otros autores del texto fueron los médicos Cristian Launes Montaña, María del Mar Núñez Cárdenas y Pedro Domínguez Sampedro; todos ellos forman parte de la plantilla del SEM pediátrico.

A continuación, se sintetizan algunos de los contenidos de este artículo.

  • La mayoría de las paradas cardiorrespiratorias pediátricas son de causa asfíctica. Es prioritario abrir la vía aérea y oxigenar.
  • El orden de valoración e intervención debe seguir la secuencia ABCDE: vía Aérea, ventilación y respiración (Breathing), Circulación, Disfunción neurológica, Exposición y Entorno.
  • Si el reanimador no tiene conocimientos de RCP pediátrica pero ha aprendido RCP básica de adultos (30:2) o la secuencia de “sólo con compresiones”, es mejor que aplique alguna, ya que el pronóstico es peor si no se hace nada.
  • La opción más adecuada sería realizar la secuencia 15:2, con una frecuencia cardíaca de 100 – 120 compresiones por minuto y respiratoria de diez ventilaciones por minuto.
  • En menores de un año, no deben realizarse compresiones abdominales, sino torácicas.
  • Si en la intervención de SVB sólo participa un reanimador, debe pedir ayuda tras un minuto o cinco ciclos de RCP básica.
  • Tan pronto como sea posible, el soporte vital avanzado debe sustituir la asistencia básica.
  • Es imprescindible mantener la vía aérea abierta (por ejemplo, con cánulas orofaríngeas o nasofaríngeas).
  • La técnica de elección en la reanimación es la intubación traqueal.
  • Si en un minuto no se consigue canalizar una vía intravenosa, debe canalizarse una vía intraósea.
  • Si se considera adecuado utilizar un DEA, debe recordarse que en niños de entre 1 y 8 años se requieren parches pediátricos con descarga atenuada.
  • En caso de taquicardia supraventricular, se recomienda iniciar la cardioversión con una primera dosis de 1 J/kg. Si se requieren más descargas, se aconseja aumentar la dosis a 2 J/kg.
  • Si se consigue restablecer la circulación espontánea, el objetivo posterior es la recuperación neurológica y la de las funciones de los órganos vitales.

  • Además de la actualización de conocimientos en materia de soporte vital pediátrico (básico y avanzado), el artículo revisa también las especificidades de la reanimación y las medidas de soporte de transición en los recién nacidos en el momento del nacimiento.