Protegerse del calor: una cuestión de salud

El calor excesivo y sostenido tiene un impacto negativo en nuestra salud. Según indican desde la Generalitat de Catalunya, en los periodos de calor elevado y sostenido se registra un incremento de la mortalidad y de los ingresos hospitalarios no programados. Los efectos negativos de las olas de calor impactan especialmente en las personas mayores y en las que tienen patologías crónicas intercurrentes.
Es por ello que, desde el año 2004, Cataluña aplica Planes de actuación para prevenir los efectos de las olas de calor sobre la salud (POCS). Este verano, el plan tiene tres grandes objetivos: predecir con la máxima anticipación que permitan los medios técnicos las posibles situaciones meteorológicas de peligro; minimizar los efectos negativos de las olas de calor sobre la salud de la población de Cataluña, especialmente de los grupos más vulnerables, y coordinar las medidas y los recursos existentes en Cataluña para hacer frente a posibles olas de calor.
Desde la Generalitat, recuerdan que el calor puede provocar los efectos siguientes: pérdida de líquidos y de sales minerales necesarios para el organismo; agravación de una enfermedad crónica; deshidratación y agotamiento, e incluso un golpe de calor (temperatura muy alta, dolor de cabeza, náuseas, sed intensa, convulsiones, somnolencia o pérdida del conocimiento), una situación que puede acabar siendo grave.
Si se sospecha que una persona sufre un golpe de calor, es necesario trasladarla a un lugar más fresco y darle agua. Conviene mojarla y abanicarla, y es necesario llamar urgentemente a los servicios sanitarios (teléfono 061 – CatSalut Respon).
En cuanto a la prevención, la Generalitat ofrece un conjunto de consejos para protegerse del sol y el calor. En casa, es necesario controlar la temperatura. Durante las horas de sol, es aconsejable cerrar las persianas de las ventanas donde toca. Por la noche, abrid las ventanas de casa para que se refresque. Permaneced en las estancias más frescas. Recorred a algún tipo de climatización (ventiladores, aire acondicionado) para refrescar el ambiente. Si no tenéis aire acondicionado, intentad pasar como mínimo dos horas al día en lugares climatizados. Refrescaros con frecuencia.
En la calle, conviene evitar el sol directo. Llevad un gorro o un sombrero, y utilizad ropa ligera (como la de algodón), de colores claros y que no sea ajustada. Procurad caminar por la sombra, y estar debajo de un parasol cuando estéis en la playa. Descansad en lugares frescos de la calle o en espacios cerrados que estén climatizados. Llevad agua y bebed con frecuencia, mojaros un poco la cara e, incluso, la ropa. Vigilad en los trayectos con coche durante las horas de más sol y no dejéis a niños con las ventanas cerradas.
En las horas de más calor, se aconseja limitar la actividad física. Evitad salir en las horas del mediodía, que es cuando hace más calor, y reducid las actividades intensas.